Mi experiencia en Centro San Valero

Me siento muy orgulloso de formar parte de este centro

Exalumno y docente de Centro San Valero
Compartir

Quiero comenzar compartiendo cómo fue mi experiencia cuando empecé a estudiar en Centro San Valero. En aquel entonces, no era más que otro alumno común, y ni siquiera podría considerarme un alumno modelo. De hecho, dejé los estudios para ponerme a trabajar, ya que en clase me costaba quedarme quieto y concentrado. 

Realicé el Grado Medio de Soldadura y, como muchos otros, mi único objetivo era terminar y conseguir un empleo relacionado con lo que estaba aprendiendo. Es cierto que, al empezar, no tenía ni idea sobre soldadura ni sobre el trabajo con metal; lo único que buscaba era un cambio de profesión, algo que me ofreciera mejores oportunidades que las que tenía antes. 

Fue en ese momento, mientras cursaba el Grado Medio, cuando empecé a experimentar dinámicas y metodologías educativas completamente nuevas para mí. En los centros anteriores en los que había estado, nunca había vivido una enseñanza tan innovadora ni tan cercana. Para ser honesto, antes de llegar a San Valero, había pasado por tres institutos diferentes. Algo que realmente me sorprendió fue el trato tan cercano y humano de los docentes. No solo se preocupaban por nuestras notas, sino también por nosotros como personas. Fue entonces cuando comencé a ver la educación desde una perspectiva completamente distinta. 

Durante los dos años del Grado Medio, trabajamos en varios proyectos, algunos de los cuales fueron destinados a Aldeas Infantiles. Uno de los más importantes para mí fue el proyecto “Entre Luces”. Este proyecto marcó un antes y un después en mi forma de pensar, porque no solo pusimos en práctica las competencias que estábamos aprendiendo en el ciclo, sino que también ayudamos a los demás. Nos permitió adquirir habilidades que no están en el currículo, pero que son fundamentales para la vida. 

Esa experiencia me impulsó a seguir formándome, así que decidí hacer el Grado Superior de Construcciones Metálicas. Después de finalizarlo, varias personas me comentaron que me veían como un futuro profesor, y aunque al principio no me lo planteaba, empecé a reflexionar. Pensé que si podía ayudar a un estudiante que estuviera en la misma situación en la que yo estuve, como niño, sería algo verdaderamente valioso. 

Finalmente, realicé el Máster de Pedagogía y Didáctica en la Universidad de Zaragoza, y poco después me uní al equipo docente de San Valero. Hoy en día, me siento muy orgulloso de formar parte de este centro, no solo porque continúo aprendiendo cada día, sino porque tengo la oportunidad de compartir los conocimientos que un día me dieron a mí. Es un honor poder ayudar a los estudiantes y, en cierto modo, retribuir lo que tanto me ha dado esta institución. Muchas gracias a todos los docentes y a toda la dirección del centro.