En muchas ocasiones, los padres y madres, en su búsqueda por hacer que sus hijos se comporten de la manera que ellos consideran adecuada, recurren al castigo. El objetivo del castigo es privar al niño o niña de algo que le gusta para que la próxima vez, ante unas mismas circunstancias, se comporte de forma diferente y correcta. Se pretende que el niño sea capaz de modificar su conducta mediante la reflexión y la retrospección a una situación del pasado que no le gustó y que no quiere que se repita, teniendo para ello que comportarse de forma distinta.
No voy a entrar a valorar las lagunas pedagógicas de la metodología del castigo en la educación de los niños, ni mucho menos a juzgar a quienes recurren a ella...