La Fundación San Valero en República Dominicana

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Se cumplen 20 Años del desarrollo de la Fundación San Valero en la República Dominicana, con un balance muy positivo. 50.000 personas se han formado en esos centros. En el acto conmemorativo en el Pignatelli destacó la proyección de testimonios de chicos y chicas que han terminado su formación en estos años. El director de los centros dominicanos hizo un repaso a jóvenes del barrio de Los Guarícanos, una zona deprimida de la capital. Era patente que, por encima de cifras, el componente humano del proyecto ha sido definitivo. Se palpaba la lucha por la superación y el despertar la ilusión por las posibilidades de mejora y de contribuir a hacer una sociedad más justa. Como dijo el presidente del Grupo San Valero, Ángel García de Jalón, “favorecer el acceso a la cultura es la herramienta más eficaz para luchar contra la pobreza”.

Este proyecto del Grupo San Valero en tierras americanas tiene ya un alto grado de autonomía: se autofinancia en un 80%, ha creado 300 puestos de trabajo y el 98% de sus estudiantes encuentra un empleo tras finalizar los estudios. Dirigido ya por dominicanos, se enmarca en la estructura de San Valero. Su enseñanza ha sido todo un estímulo para el sistema educativo del país y, por eso, ha sido distinguida reiteradamente por el gobierno dominicano. En sus centros se imparten bachilleratos técnicos, educación superior, formación continua y educación de adultos. Un educación que, como quedó claro, acompaña a los jóvenes y a las familias, que atraviesan en ocasiones circunstancias muy duras de pobreza o maltrato. Ahora quieren extender su actividad hacia Haití, que necesita todo tipo de apoyos para levantar cabeza.

El proyecto debe mucho a sus impulsores: el cardenal de Santo Domingo, el arzobispo de Zaragoza –Elías Yanes entónces-, las misioneras de OSCUS y, por supuesto, a la Fundación San Valero. La Fundación Diocesana llevó a Santo Domingo la filosofía desarrollada en Zaragoza. La lucha por la igualdad social en nuestra ciudad no se entendería sin instituciones que consiguieron ofrecer posibilidades de formación en los barrios más populares. Miles de profesionales se han formado en San Valero, como también en Santo Domingo de Silos, en Salesianos o en el Instituto de FP de Nuestra Señora del Pilar y en otros centros. Es de justicia reconocer la inmensa labor de promoción social a través de una educación de calidad, a la que muchos jóvenes no hubieran tenido acceso.