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Albert Cortina presenta el concepto de Novaceno en la última sesión del ciclo “¿Un futuro humano?”

Es la ultima de este ciclo promiviodo por Grupo San Valero
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28.10.2022

Albert Cortina, abogado, urbanista y ensayista, impartió ayer la última sesión del ciclo del Grupo San Valero “¿Un futuro humano?”, en la que presentó la teoría del ambientólogo James Lovelock por la que la evolución de la especie humana y de la Tierra llevará a un periodo denominado “Novaceno” en el que el planeta estaría dominado por vida inorgánica.

Para comenzar, Cortina presentó el concepto de “singularidad tecnológica” definido como “una hipótesis que sugiere que la velocidad tan acelerada a la que progresa la tecnología provocará que la inteligencia artificial tarde o temprano exceda la capacidad intelectual de los humanos y, por tanto, el control que tenemos sobre ella”.

Para algunos científicos, expuso el ensayista, esto “debe ser la norma en un universo tan grande como el nuestro, en el que la oportunidad de evolucionar de la inteligencia es casi infinita”, por lo que “los extraterrestres serían inteligencias artificiales que han tenido millones de años para actualizarse y abastecerse de la energía del cosmos”. Estas formas de vida inteligente, además, tendrían una corporeidad artificial “simplemente porque el soporte material de una computadora es más fácil de mantener que el de un cuerpo humano”, explicó Cortina.

Si estas inteligencias artificiales existieran en otras galaxias, es probable que los seres humanos fuéramos insignificantes para ellos. “No así para las inteligencias artificiales que podríamos crear en el futuro aquí en la Tierra. Para estas quizás seamos un obstáculo en su conquista cósmica”, apuntó el ensayista.

Más adelante, explicó el término al que Lovelock denominó “Gaia” y su principal amenaza: el calor del sol. La “Hipótesis Gaia” defiende que la Tierra es un gran organismo con “numerosos mecanismos de autorregulación” en el que “los animales y las plantas serían sus células y los mares y atmósferas, sus sistemas circulatorios”. Y este planeta, que según Lovelock es el único que ha sido capaz de incubar “una criatura capaz de conocer el cosmos”, está en peligro por el calor.

Tomando como cierta la afirmación de que somos las únicas criaturas del cosmos con autoconciencia, “la extinción humana no solo sería una mala noticia para los humanos, sino también para el cosmos”, puesto que “significaría el fin de todo conocimiento y comprensión”, expuso Cortina basándose en la tesis de Lovelock.

Así pues, afirmando que “nuestro reinado como los únicos entendedores del cosmos está llegando rápidamente a su fin”, se plantea la idea de que “los entendedores del futuro no serán humanos, sino ciborgs o posthumanos que se habrán diseñado y construido a sí mismos a partir de sistemas de inteligencia artificial que ya estamos empezando a construir en este momento”. En este sentido, los posthumanos serían “organismos cibernéticos tan autosuficiente como los humanos, pero hechos de materiales de ingeniería”, que, además, serán nuestros descendientes, “ya que los sistemas que creamos resultarán ser sus precursores”.

“En opinión de Lovelock no debemos de temer porque, inicialmente al menos, estos seres inorgánicos nos necesitarán para seguir regulando el clima”, avisó Cortina. Así, Gaia mantendría la paz entre humanos y posthumanos en un periodo que ya sería el Novaceno. “Según el ambientólogo, sabremos que estamos plenamente en el Novaceno cuando surjan formas de vida capaces de reproducirse y corregir los errores de reproducción mediante la selección intencional”, explicó el conferenciante. Así pues, “los posthumanos del Novaceno estarán completamente liberados de las ordenes humanas puesto que habrán evolucionado a partir de un código escrito por ellos mismos”.

A pesar de la tranquilidad inicial, Cortina explicó que Lovelock señala que “cuando el Novaceno esté completamente desarrollado y regule las condiciones químicas y físicas para mantener habitable la Tierra para los posthumanos, el planeta Tierra orgánico morirá, al igual que se producirá la desaparición de los seres humanos”, puesto que ya no serán necesarios para regular la climatología.  

Con esta perspectiva, Albert Cortina argumentó que “desde los postulados transhumanistas, posthumanistas y ecomodernistas se está proponiendo y desarrollando un modelo de interacción entre la inteligencia vital y la inteligencia artificial basado en la hibridación humano-maquina y naturaleza-tecnología”. Así pues, planteó la cuestión: “¿Seremos capaces de orientar de forma consciente, a través de principios éticos universales, esa nueva etapa en la evolución de la humanidad y de la biosfera?”.

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