Dos bellas muestras expositivas, una de libros de ajedrez y otra de pintura, me llevan a pensar en algo tan poco común en los tiempos que corren como necesario para la salud mental de todos: el silencio. Las dos exposiciones de que hablo lo tienen como eje y objetivo hasta el extremo de que las dos han elevado el silencio a sus títulos: Al silencio (la del pintor canario Cristino de Vera en la sede en Madrid de CaixaForum) y Arte del silencio (la de la Biblioteca Nacional sobre el ajedrez), lo que subraya la consideración que para sus organizadores tiene el silencio, no solo en la pintura y en el juego de ajedrez, sino en la creación artística en general. Y, tras esa consideración, la reivindicación que del...
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