Dos bellas muestras expositivas, una de libros de ajedrez y otra de pintura, me llevan a pensar en algo tan poco común en los tiempos que corren como necesario para la salud mental de todos: el silencio. Las dos exposiciones de que hablo lo tienen como eje y objetivo hasta el extremo de que las dos han elevado el silencio a sus títulos: Al silencio (la del pintor canario Cristino de Vera en la sede en Madrid de CaixaForum) y Arte del silencio (la de la Biblioteca Nacional sobre el ajedrez), lo que subraya la consideración que para sus organizadores tiene el silencio, no solo en la pintura y en el juego de ajedrez, sino en la creación artística en general. Y, tras esa consideración, la reivindicación que del...
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Un nuevo septiembre. Cargados de propósitos y buenos recuerdos estivales, los alumnos vuelven a dar vida a las aulas universitarias. Algunos, los novatos, las pisan por primera vez con la ilusión de formarse para conseguir ese título que les valide para optar a su trabajo soñado. A su lado están los veteranos, que también regresan a sus rutinas deseosos de abrazar a sus compañeros y amigos con los que progresar juntos hacia ese mismo fin: poseer el diploma que les faculte para la vida laboral.
Porque sí, nos guste o no, esta institución milenaria es hoy sinónimo de profesionalización. Al menos, así lo conciben los propios estudiantes cuando se les cuestiona sobre su futuro o las motivaciones que les llevaron a...
La vocación disruptiva es la acción de escogerse a uno mismo sin esperar a ser llamado, es experimentar y vivir intensamente.
No hay profesión o trabajo perfecto, eso no es vocación, la necesidad de encontrar algo especial nos impulsa a elegir nuestro propósito en la vida y nuestra forma de ser.
La vocación disruptiva no requiere de una entrega total, su cometido es examinar múltiples caminos y decidir cuál tomar en cada instante.
Todos tenemos en nuestro interior el deber y el compromiso de convertir este mundo en un lugar mejor, eso es lo que nos genera auténtica felicidad, construimos nuestra existencia a base de estímulos, en ocasiones necesitamos escribir, enseñar, curar, defender, etc.
Seamos entonces...
En muchas ocasiones, los padres y madres, en su búsqueda por hacer que sus hijos se comporten de la manera que ellos consideran adecuada, recurren al castigo. El objetivo del castigo es privar al niño o niña de algo que le gusta para que la próxima vez, ante unas mismas circunstancias, se comporte de forma diferente y correcta. Se pretende que el niño sea capaz de modificar su conducta mediante la reflexión y la retrospección a una situación del pasado que no le gustó y que no quiere que se repita, teniendo para ello que comportarse de forma distinta.
No voy a entrar a valorar las lagunas pedagógicas de la metodología del castigo en la educación de los niños, ni mucho menos a juzgar a quienes recurren a ella...