Hace cuatro o cinco años un chico -que en aquel momento rondaría los veintitantos- me hizo una pregunta que aún de vez en cuando va y viene a mi cabeza: “¿Hay burbuja en el sector de las tecnologías de la información?”
Para aquel momento, que debería rondar entre el año 2015 y el 2016, habíamos empezado a remontar la crisis del 2008, y mucho se había hablado de cómo se había generado, mantenido y luego explotado la burbuja inmobiliaria.
El chico en cuestión trabajaba en cocinas y en el poco tiempo libre del que disponía, lo había dedicado a prepararse un ciclo de grado superior en desarrollo de aplicaciones informáticas. Me contó que esta decisión la tomó tras optar por abrir el abanico, estudiar las alternativas...