Durante años, el ajedrez ha estado asociado a la palabra «extraescolares», de modo que por un lado teníamos el conjunto de asignaturas regladas, clásicas, como puedan ser las Matemáticas, la Lengua o la Geografía, y por otro lado teníamos las actividades extraescolares, entre las que se podían encontrar opciones tan variopintas como guitarra eléctrica, kárate o esperanto. Es más, no faltaban quienes mantenían la tesis de que cuanto más separados permaneciesen esos dos conjuntos de actividades, mejor.
Por lo que al ajedrez se refiere, la tendencia se ha invertido: cada vez somos más numerosos los docentes que vemos el tablero de ajedrez como un elemento perfectamente compatible con la actividad diaria en el aula...
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