Hacia una movilidad sostenible en nuestras ciudades

Son necesarias políticas activas para que esta revolución sea efectiva
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Profesora de la Universidad San Jorge
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La movilidad es un asunto que siempre ha estado asociado con la ciudad, entendida como cruce de caminos y posibilidades de intercambio. Evaluar sus posibilidades de mejora, considerando una movilidad sostenible, es importante para lograr una mayor calidad ambiental. No hay que perder de vista que la movilidad es responsable de una gran parte de las emisiones totales que afectan al calentamiento global, relacionadas con el efecto invernadero. De acuerdo con la Agencia Europea del Medio Ambiente, el 22 por ciento del total de emisiones provienen del sector del transporte (excluido marítimo y aviación internacional), de las cuales los automóviles representan el 31,7 por ciento. Pero no sólo eso, sino que la contaminación producida por el tráfico de vehículos es un importante problema de salud pública, afecta al bienestar de las personas, genera ruido e influye en la calidad de las zonas verdes y de los edificios.

Si entendemos esta movilidad sostenible como la máxima capacidad que tenemos de movernos con las máximas alternativas posibles de recorridos y con la mínima afección al medio ambiente, entonces, advertimos que tanto los cruces de caminos (infraestructura física que da soporte a los recorridos) como los flujos de mercancías y viajeros (de diferente frecuencia y duración) son dos piezas clave a la hora de mejorar los desplazamientos que se producen en la ciudad. Trabajar para la obtención y análisis de datos relacionados con el número de vehículos, la frecuencia de desplazamientos, el tipo de vehículo que lo realiza, o los gastos energéticos y tiempos de recorridos producidos nos permite modelar escenarios y conocer las posibilidades reales de mejorar la movilidad en la ciudad. Además, estos parámetros pueden complementarse con los hábitos de uso y el número de horas que sus habitantes dedican al desplazamiento, o con los niveles de accesibilidad real que tienen a los centros de ocio y bienestar existentes en la ciudad.

Hay evidencias suficientes de que se está produciendo una triple revolución en torno a las acciones trazadas para mejorar la movilidad de las ciudades y alcanzar los objetivos de ser energéticamente autosuficientes y climáticamente neutras. Esta triple revolución indica que se tiende hacia la electrificación, la automatización del vehículo y la digitalización, permitiendo, con la tecnología adecuada, que el vehículo sea compartido. Alguna de estas acciones se concreta en priorizar el uso de vehículos automatizados que proporcionan servicios de transporte a través de compañías de movilidad, así como su gestión a través de dispositivos inteligentes, la existencia de centros de movilidad integrada donde otros modos de desplazamiento ligeros estén disponibles, o la reducción del coste de desplazamiento, en tiempo, consumo y emisiones, por ejemplo. Es una revolución basada en la tecnología pero que necesita de un diseño de políticas activas como soporte para que esta revolución sea efectiva en un marco de garantía del interés general. Si la electrificación consiste en sustituir todos los vehículos con motor térmico por vehículos eléctricos, está claro que no habrá sido muy exitosa, o si el coche automatizado se convierte en exclusivamente privado, tampoco habremos avanzado. Sin embargo, si la electrificación y el vehículo automatizado convergen con la posibilidad de que sea compartido, se abre una ventana hacia un sistema de movilidad atractivo e integrado que merece la pena explorar y trabajar para conseguirlo.

Es en este marco donde proyectos como el desarrollado por la Cátedra MobilityExperience tienen mayor interés. Esta cátedra, impulsada por la Universidad San Jorge y Fundación Ibercaja, se creó con el fin de generar conocimiento en el área de la movilidad sostenible y difundirlo a toda la sociedad a través de docencia, investigación, generación de conocimiento, difusión y transferencia de tecnología.

Para comprender mejor cómo se transforma la actual experiencia de movilidad en Zaragoza y los efectos que está teniendo en múltiples esferas de la vida cotidiana, la cátedra ha organizado una exposición que podrá visitarse hasta el 31 de marzo de 2022 en el Centro de Arte y Tecnología Etopia.